La inquietud y temor entre comerciantes en Charlotte persiste a medida que transcurre el fin de semana. El anuncio de la llegada de la Patrulla Fronteriza (CBP) a la zona ha repercutido notablemente en las actividades cotidianas de clientes y propietarios. Uno de los negocios latinos afectados en Central Avenue es la conocida panadería Manolo’s Bakery que, al igual que muchos otros establecimientos, ha registrado un descenso en las ventas.
Esta repentina baja en la clientela se suma al aumento de trabajadores que deciden no reportarse al trabajo.
“Ayer, el 90% de mis clientes regulares no vinieron”, declaró Manolo Betancur, propietario de Manolo’s Bakery.
La situación de incertidumbre empeoró luego de que el alguacil Garry McFadden confirmara que la Patrulla Fronteriza llegaría a la ciudad.
“Sí, definitivamente tendrá un impacto negativo”, afirmó Wil Russel, gerente de construcción y exmiembro del grupo de trabajo de inmigración de Charlotte.
“Creo que mucha gente se quedará en casa. No irán a trabajar ni a la escuela por temor a que verifiquen su estado migratorio, los detengan y los deporten”, dijo Russell al reportero Evan Donovan con El Canal 9.
Russell afirma que los proyectos de construcción de vivienda son los que se podrían ver más afectados.
“Estamos viendo retrasos en la finalización de estos proyectos por la interrupción en la mano de obra”, explicó Russell. “Así que habrá demoras para quienes buscan vivienda”.
En la actualidad, hay obras de construcción en marcha en toda el área de Charlotte, pero no es el único sector que se vería afectado.
El negocio de Manolo, por ejemplo, ya había registrado una baja en su clientela este año debido al aumento de actividades por parte de ICE.
“Este año no hemos tenido pasteles de boda ni de quinceañera; el Día de la Madre fue muy malo y prácticamente no hemos vendido pasteles de graduación”, lamentó. “Este ha sido uno de los años más difíciles para nosotros desde 2008, durante la recesión”.
Betancur dice estar de acuerdo en sacar a delincuentes peligrosos de las calles, pero le preocupa que esos no son los únicos inmigrantes detenidos y deportados.
“Todos dicen: ‘Háganlo legalmente, háganlo legalmente’. Pues bien, en mi caso, soy ciudadano estadounidense desde 2007. Mi madre lleva desde 2007 esperando una entrevista con inmigración y estamos en 2025. Es un sistema muy ineficiente al que nadie le ha prestado atención en 30 años”, declaró Betancur.
Un avistamiento de agentes de la Patrulla Fronteriza, algunos con equipo táctico, frente a una oficina en Central Avenue generó preocupación entre comerciantes locales.
“Sin duda, se nota la ausencia de clientes en el restaurante; hay menos gente que de costumbre”, comentó Francisco Valle, gerente del Restaurante Lempira.
Yolanda Sánchez, dueña de una tienda de vestidos de novia, comentó que sus empleados están preocupados y que podría quedarse sola.
Los comerciantes de Central Avenue se reunieron para estudiar el impacto que tiene la presencia de la Patrulla Fronteriza en áreas cerca de sus negocios.
Valle mencionó que algunos empleados están considerando tomarse días libres: «Algunos ya dicen que esperarán hasta el fin de semana y verán qué pasa».
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